TESTIMONIO DEL PADRE DEL JOVEN ESTUDIANTE ERNESTO CASTILLO PAEZ, QUIEN SUFRIO DESAPARICION FORZADA EN OCTUBRE DE 1990 EN LIMA:
ERNESTO CUMPLIRIA 44 AÑOS
Ernesto Rafael Castillo Páez nació un 03 de junio de 1968, en plena instalación del gobierno militar de Velasco Alvarado. Educado bajo las reformas de su gobierno, Ernesto se formó desde niño desarrollando su espíritu de responsabilidad, compañerismo, cooperación y solidaridad con los demás, lo que le valió ser estimado por nuestros vecinos del barrio, sus compañeros de estudio del colegio y de la universidad, así como de sus alumnos cuando fue profesor de matemáticas del Instituto Superior de Estudios Teológicos Juan XXIII (ISET).
En 1990 Ernesto estudiaba Sociología en la Universidad Católica de Lima y desde un inicio sus trabajos de investigación en su Facultad estaban dirigidos hacia los sectores menos favorecidos como p.e. la situación de las trabajadoras del hogar.
El 21 de octubre de 1990 se encontraba preparando una encuesta entre los pobladores de un sector del distrito de Villa El Salvador sobre los efectos del Fujishock impuesto por el recién elegido presidente Kenya Fujimori, como parte de sus tareas universitarias.
Ese mismo día la Policía Nacional llevó a cabo un operativo en tal distrito para contrarrestar una marcha organizada por Sendero Luminoso. Muy lejos del lugar de estos hechos Ernesto fue detenido en plena calle, a la luz del día, ante la atenta mirada de los vecinos, por elementos policiales que bajaron de un patrullero y sin mediar motivo alguno lo introdujeron en la maletera del vehículo y desde esa fecha nunca más supimos de él ante la negativa permanente de la policía de su detención.
Como solía ocurrir con tantos otros miles de casos en nuestro país, nuestra denuncia reclamando su aparición y libertad, la justicia peruana sin atender las pruebas y declaraciones de los testigos, archivó el caso.
Cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos sancionó al Estado peruano en setiembre de 1997 como responsable de la desaparición forzada de Ernesto y después de la huída del dictadorzuelo Fujimori se reabrió el caso y luego de 16 años de ocurrido este crimen de lesa humanidad, se identificó a los policías que lo capturaron y al que dirigió el operativo, Cmdte PNP Juan Carlos Mejía León, condenados a 15 y 16 años de prisión este último en el 2006.
No obstante este proceso los sentenciados no reconocieron su culpabilidad y los restos de Ernesto permanecen hasta hoy con destino desconocido, pero la sentencia de la Corte Interamericana demanda que el Estado peruano debe ubicar y entregar los restos de Ernesto a sus familiares, obligación que ningún gobierno quiere cumplir.
ERNESTO, AUNQUE YA NO ESTÉS FÍSICAMENTE ENTRE NOSOTROS, TUS PADRES Y HERMANA, NUNCA OLVIDAREMOS LO FELIZ QUE NOS HICISTE CON TU ACOGEDORA PRESENCIA DESDE QUE VINISTE ESE 03 DE JUNIO DE 1968.
Ernesto Rafael Castillo Páez nació un 03 de junio de 1968, en plena instalación del gobierno militar de Velasco Alvarado. Educado bajo las reformas de su gobierno, Ernesto se formó desde niño desarrollando su espíritu de responsabilidad, compañerismo, cooperación y solidaridad con los demás, lo que le valió ser estimado por nuestros vecinos del barrio, sus compañeros de estudio del colegio y de la universidad, así como de sus alumnos cuando fue profesor de matemáticas del Instituto Superior de Estudios Teológicos Juan XXIII (ISET).
En 1990 Ernesto estudiaba Sociología en la Universidad Católica de Lima y desde un inicio sus trabajos de investigación en su Facultad estaban dirigidos hacia los sectores menos favorecidos como p.e. la situación de las trabajadoras del hogar.
El 21 de octubre de 1990 se encontraba preparando una encuesta entre los pobladores de un sector del distrito de Villa El Salvador sobre los efectos del Fujishock impuesto por el recién elegido presidente Kenya Fujimori, como parte de sus tareas universitarias.
Ese mismo día la Policía Nacional llevó a cabo un operativo en tal distrito para contrarrestar una marcha organizada por Sendero Luminoso. Muy lejos del lugar de estos hechos Ernesto fue detenido en plena calle, a la luz del día, ante la atenta mirada de los vecinos, por elementos policiales que bajaron de un patrullero y sin mediar motivo alguno lo introdujeron en la maletera del vehículo y desde esa fecha nunca más supimos de él ante la negativa permanente de la policía de su detención.
Como solía ocurrir con tantos otros miles de casos en nuestro país, nuestra denuncia reclamando su aparición y libertad, la justicia peruana sin atender las pruebas y declaraciones de los testigos, archivó el caso.
Cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos sancionó al Estado peruano en setiembre de 1997 como responsable de la desaparición forzada de Ernesto y después de la huída del dictadorzuelo Fujimori se reabrió el caso y luego de 16 años de ocurrido este crimen de lesa humanidad, se identificó a los policías que lo capturaron y al que dirigió el operativo, Cmdte PNP Juan Carlos Mejía León, condenados a 15 y 16 años de prisión este último en el 2006.
No obstante este proceso los sentenciados no reconocieron su culpabilidad y los restos de Ernesto permanecen hasta hoy con destino desconocido, pero la sentencia de la Corte Interamericana demanda que el Estado peruano debe ubicar y entregar los restos de Ernesto a sus familiares, obligación que ningún gobierno quiere cumplir.
ERNESTO, AUNQUE YA NO ESTÉS FÍSICAMENTE ENTRE NOSOTROS, TUS PADRES Y HERMANA, NUNCA OLVIDAREMOS LO FELIZ QUE NOS HICISTE CON TU ACOGEDORA PRESENCIA DESDE QUE VINISTE ESE 03 DE JUNIO DE 1968.
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